VILLALAR: ¡TRAIDORES, NO! ¡DEFENSORES de la LIBERTAD ,SÍ!

23 de Abril, otro año que no puedo estar en la campa de Villalar, que no puedo comer con los amigos y con la familia mientras escuchamos la música que conmemora esta fecha.
¡Qué se le va a hacer!

El año próximo caerá en sábado y allí estaré.
Pero como castellano-leonesa que soy, tengo que recordar un día como el de hoy.





"1521, en abril, para más señas, en Villalar ajustician a quienes justicia pidieran.
Malditos sean aquellos que firmaron la sentencia
Malditos todos aquellos los que ajusticiar quisieran
al que murió por el pueblo y perdió tan justa guerra.

Desde entonces ya Castilla no se ha vuelto a levantar,
ay ay, no se ha vuelto a levantar.
En manos de rey bastardo
o de regente falaz,
siempre añorando una Junta
o esperando un Capitán"



SENTIRSE COMUNEROS

Es el sentimiento que nos transmitió
D. Manuel Fernández Álvarez
Catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Salamanca
Premio Castilla y León de las Ciencias Sociales y Humanidades 2006

D. Manuel ha fallecido recientemente.
Tuve la suerte de que fuera mi profesor de Historia Moderna.
Vaya este recuerdo en su honor


"En 1520 el mal gobierno de Carlos V y, sobre todo, de sus ministros
flamencos, llenan de indignación a casi toda Castilla.

Se rebelan contra la idea de dejarse gobernar por una pandilla de rapaces políticos extranjeros que son a los que hace caso el joven Emperador; no en vano son los orgullosos herederos de aquellos antiguos castellanos que bajo
los Reyes Católicos habían forjado el Imperio español.

Y así surge la protesta en muchas ciudades de las dos Castillas, empezando
por Toledo pero extendiéndose pronto a muchas ciudades de la meseta
superior, como Salamanca, Segovia y Zamora.

Buscaban un nuevo gobierno, más justo y, sobre todo, más español y creyeron encontrarlo apoyándose en la figura de la reina Juana (apodada “la loca”), la madre del Emperador (Carlos I); por desgracia, la Reina ya no era capaz de regir su cabeza, cuando menos todo un Reino.

Y así aquel alzamiento acabó en un verdadero desastre en los campos de Villalar el 22 de abril de 1521.
Apresados los tres cabecillas principales, Padilla, Bravo y Maldonado, al día siguiente eran degollados en la plaza del pueblo.

Y cuenta el cronista que cuando los llevaban al suplicio, el pregonero del Rey iba proclamando la dura sentencia como traidores a la Corona.
Y Juan Bravo aun tuvo entereza para replicar indignado:

“¡Traidores, no! ¡Defensores de la libertad, sí!”

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